Iba en el Transantiago, había almorzado en la casa de los nonos (abuelos vulgarmente dicho) e iba por Irrarazabal con destino a la Universidad, mientras mientras en la intersección con Vicuña Mackenna se subio un vendedor de algo, osea algo típico
Lo que no fue típico fue su discurso, dijo algo como: "Sras y señores mi intencios no es molestarlos... bla bla bla... (y aquí viene lo importante de esto) yo no quiero mentirles de que mi hijo esta enfermo, ni otras escusas. Yo vengo de la cana y quiero rehacer mi vida, mi hijo ya esta grande para que se cuide, la cana no se lo recomiendo a nadie, hice muchas cosas malas antes y quiero venderles estas pulseras hechas por mi", claro que todo eso pero con lenguaje precario, en una forma mas despectiva "flaite".
Encontre que fue un discurso de los más notable, tanto que le compre la pulsera de cien pesos, creo que fui el único, porque la gente le dio miedo.
1 comentario:
Yo creo en él, también le hubiera comprado una en ese momento, al menos es sincero y trata de ganarse la vida así (sin hablar de su pasado delictivo) y esta vendiendo y no robando como muchos creen que así es mejor ganarse la vida. Pero los prejuicios de la gente hacen qe la gente no surja =/
Saludos Diego.
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