Pase el mal rato de una semana para el olvido con carcajadas que hasta el día de hoy me sacan una sonrisa. Cuando fumo marihuana me pongo torpe y me creo actor, lo que hago es para los ojos de los otros. Le dije a mi amigo Adolfo que como puede ser tan rasca y en vez de obtener otra botella, toma en una en que la tapa tiene filtraciones y que su solución es un pedazo de plástico. Le insistí que debía comprarse una botella, -Como la mía- le dije. Demostrando a continuación de mis palabras lo contrario; de que mi botella andaba sin su tapa y bote medio litro de agua en el piso. Habrán sido un par de minutos de risa y un par de lagrimas las que descargué.
Más tarde se les calentó el hocico a los cabros, ni ahí con tomar, yo tomo para celebrar, por algo que merezco o debería merecer. Aunque en un pasado no muy lejano tomaba independiente del estado de animo, hasta de aburrido. Los acompañe un rato, hasta que los echaron del piso por parte de las autoridades universitarias, los huevones no estaban pasando piola con las latas de Becker enfrente de la torre de administración. De ahí me despedí.
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